Introducción

En los primeros años de vida la capacidad de enfocar, tanto los objetos lejanos como los cercanos, corre a cargo de una lente que tenemos dentro del ojo: el cristalino. Cuanto más joven es una persona, mayor es la elasticidad del cristalino; por lo tanto, mayor es su capacidad de enfoque en las diferentes distancias. Conforme van pasando los años, la rigidez del cristalino aumenta y aparece el fenómeno de la vista cansada, también llamada presbicia.

¿En qué consiste?

La presbicia consiste en la dificultad para la visión cercana. Aparece en todas las personas a partir de una cierta edad, pero realmente no es una patología en sí misma, tan sólo constituye la consecuencia normal del envejecimiento del sistema de enfoque de nuestros ojos.

Síntomas

El principal síntoma consiste en la dificultad para enfocar los objetos cercanos y la consiguiente tendencia a alejarlos para verlos nítidos, sobretodo en situaciones de escasa luminosidad. Es un fenómeno progresivo, como sucede en la mayoría de los procesos de “desgaste” del organismo, aunque en algunos individuos se manifiesta de forma repentina. Por eso, algunas personas incluso le ponen fecha al inicio de los síntomas.

En líneas generales suele aumentar media dioptría cada 5 años, hasta un límite que generalmente se sitúa en torno a las 3,5 dioptrías.

Tratamientos

La solución pasa por corregir este defecto visual mediante:

  • El uso de gafas sólo de cerca, de “quita y pon”.
  • El uso de unas gafas progresivas, más caras pero que suelen responder mejor a las expectativas de las personas con una cierta exigencia visual.
  • La adaptación de lentes de contacto progresivas.

Estas opciones son igual de buenas para la visión, siendo la elección únicamente una cuestión práctica o de comodidad de la propia persona.

Cabe decir que en los últimos años se están desarrollando técnicas quirúrgicas para corregir la presbicia.