¿Qué es?

La miopía es un defecto óptico muy común en nuestra sociedad. Es un defecto refractivo en el que se produce un error en el enfoque visual, haciendo que este se produzca por delante de la retina y no sobre el plano retiniano, lo que genera problemas para ver los objetos lejanos.

Defectos ópticos

Su causa puede deberse a que el globo del ojo es excesivamente alargado o porque el cristalino, que es la lente que se encuentra en el ojo, tiene una distancia focal demasiado corta. Lamentablemente, no existe ninguna forma de prevención de este defecto refractivo.

Tipos de miopía:

  • Simple: también conocida como escolar o acomodativa, aparece en la pubertad. En general, es débil, aumenta durante la adolescencia y se estabiliza enseguida. Esta forma de miopía no tiene consecuencias sobre el propio ojo (existe poco riesgo de fragilidad de la retina).
  • Progresiva: suele ser hereditaria o consecuencia de una enfermedad del ojo ocurrida durante la infancia. Aparece hacia la edad de 6 o 7 años y progresa rápidamente. La miopía progresiva se acompaña, a menudo, de lesiones del fondo de ojo. Las personas afectadas presentan un riesgo mucho más importante de desprendimiento de retina.

Desarrollo de la miopía

Por lo general, la miopía se desarrolla durante la época escolar y suele estabilizarse a la edad aproximada de 20 años. Hasta entonces, su avance es muy rápido y es probable que con cierta frecuencia sea necesario estar cambiando las gafas o lentes de contacto con una nueva graduación.

Factores que aumentan las posibilidades de aparición

  • Herencia familiar:  es más probable ser miope si los dos padres padecen este defecto óptico que si ninguno de los dos tiene miopía.
  • Trabajo: este defecto óptico es más frecuente en personas de nivel educativo alto. Aún así, no se ha demostrado que la miopía tenga relación directa con la lectura o escritura excesiva, ni en condiciones de iluminación ambiental.
  • Sexo: pese a que este problema refractivo puede afectar por igual a hombres y a mujeres, la miopía es algo más frecuente en la mujer.
  • Raza: estudios demuestran que los asiáticos tienen más prevalencia de miopía que el resto.
  • Geografía: ¿sabías que en las ciudades existe un mayor porcentaje de personas miopes?

Podemos observar como los factores aquí comentados no tienen una relación directa con hábitos que puedan ser corregidos por una persona. De todas maneras, pese a que no hayan estudios que concluyan que la aparición o aumento de la miopía dependa de tener o no unos buenos hábitos visuales, es muy importante tratar de mantener una higiene visual adecuada para no favorecer la aparición de otras patologías.

Detección de la miopía

Generalmente la miopía se desarrolla durante la época escolar, por lo que es importante estar atentos a una serie de detalles que pueden ser indicadores de defectos ópticos:

  • Los objetos distantes se ven borrosos: el niño no ve bien la pizarra y se sienta en las primeras filas o se acerca mucho a los textos.
  • Se produce estrabismo.
  • El niño tiene dolores de cabeza frecuentes, causados por la tensión ocular.
  • Otro rasgo muy característico de quienes sufren este problema es el de entrecerrar los ojos para intentar enfocar los objetos alejados.

Corrección de la miopía

Una vez que ha sido detectada la miopía se puede corregir por medio de gafas, lentes de contacto y en algunos casos, intervención quirúrgica. Cada uno de estas modalidades de corrección para la miopía tiene sus ventajas y desventajas:

Gafas

No provocan ningún riesgo para los ojos, si bien pueden dar lugar a limitaciones para realizar ciertas actividades profesionales o deportivas, y para algunas personas también pueden representar un problema estético.

Lentes de contacto

La corrección visual que ofrecen para la miopía es mejor que la de las gafas ya que se mueven al unísono con el globo ocular, y por lo tanto el campo de  visión no se ve limitado por el marco de la montura de las gafas tradicionales. Estéticamente no se ven, lo que puede ser una ventaja para aquellas personas que priorizan su imagen estética. Sin embargo hay gente que las tolera mal y nunca se acostumbra a usarlas. Además, pueden dar lugar a úlceras corneales o infecciones, siendo imprescindible realizar una higiene y un mantenimiento adecuados de las mismas.