Los defectos ópticos son la causa más frecuente de mala visión en el niño.

Función óptica del ojo normal:

Los rayos de luz que vienen de los objetos que miramos se enfocan sobre la retina gracias al poder óptico de dos estructuras del ojo: la córnea y el cristalino.

La córnea es un casquete esférico, transparente, situado en la parte anterior del ojo. Funciona como una lente convergente de 42 dioptrías. Su poder óptico es constante.

El cristalino es una lente convergente, transparente, situada en el interior del ojo. Tiene un poder óptico de 22 dioptrías en estado de relajación, pero la característica más importante es que puede aumentar considerablemente, hasta 14 dioptrías más en un niño, gracias al esfuerzo denominado de acomodación que realiza para la visión de cerca.

Esta variabilidad de la potencia óptica del cristalino permite que seamos capaces de enfocar tanto los objetos que están lejos como los objetos de cerca, haciendo un esfuerzo de acomodación o enfoque (aumentando la potencia del cristalino).

¿Qué tipos de defectos ópticos hay?

Los defectos ópticos se producen cuando el ojo en estado de relajación no es capaz de enfocar los rayos de luz en la retina.

Hipermetropía:

La imagen del objeto queda enfocada por detrás de la retina por dos motivos fundamentales diferentes:

  • Porque la longitud del ojo sea menor (ojos pequeños).
  • Porque el poder óptico de la córnea y cristalino sea menor de lo normal (menor poder de convergencia).

A nivel de la retina la imagen está desenfocada y por eso se ve mal.

En las hipermetropías ligeras y medias, el niño puede hacer un esfuerzo de acomodación para aumentar el poder óptico del cristalino (como cuando mira de cerca) y hacer posible su enfoque sobre la retina, con lo que mejora su visión. Sin embargo este esfuerzo prolongado provoca cansancio, aún mayor cuando mira de cerca, ya que entonces al esfuerzo de acomodación de su hipermetropía hay que añadir el normal para la visión de cerca. Este cansancio visual puede provocar dolores de cabeza, desinterés por el estudio (ya que le requiere mayor esfuerzo), irritación y molestias difusas en los ojos. En ocasiones esta hipermetropía puede desencadenar un estrabismo.

La hipermetropía puede disminuir a medida que el niño se hace mayor si con el crecimiento aumenta la longitud del ojo.

La hipermetropía se corrige mediante unas lentes convergentes que compensan el déficit, permitiendo entonces el enfoque de los rayos de luz sobre la retina.

Miopía:

La imagen del objeto se enfoca por delante de la retina, por dos motivos fundamentales diferentes:

  • Porque la longitud del ojo es mayor (ojos grandes).
  • Porque el poder óptico de córnea y cristalino es excesivo.

El niño no puede hacer ningún esfuerzo que le mejore la visión de lejos. Por eso, por pequeña que sea la miopía, siempre ve mal, a diferencia de la hipermetropía en la que se puede compensar.

Esta mala visión es peor de lejos que de cerca, ya que de lejos se utiliza menos poder óptico que de cerca.

La miopía puede aumentar debido a que la longitud del ojo aumenta con el crecimiento. Se corrige mediante lentes divergentes.

Corrección óptica de la miopía mediante una lente divergente que consigue que los rayos de luz enfoquen en la retina

Astigmatismo:

La imagen del objeto queda desenfocada a nivel de la retina porque las estructuras ópticas del ojo, córnea y cristalino, no tienen la misma capacidad de convergencia de los rayos de luz en todos sus ejes.

En el astigmatismo puro un eje enfoca sobre la retina y otro por delante (astigmatismo miópico), o por detrás (astigmatismo hipermetrópico). En el astigmatismo mixto un eje enfoca por delante de la retina y otro por detrás. Si se asocia a miopía los dos ejes enfocarán por delante de la retina (uno más que otro). Si se asocia a hipermetropía los dos ejes enfocaran por detrás de la retina (uno más que otro).

Aunque en los niños el astigmatismo puede variar con el crecimiento, tanto en cuanto al poder óptico como en cuanto al eje, en general estas variaciones son pequeñas.

Este defecto óptico se corrige mediante lentes astigmáticas, es decir que tengan diferente poder de convergencia en cada eje para contrarrestar el defecto y conseguir que la imagen quede enfocada sobre la retina.