Son muchos los padres que nos preguntan si las gafas que les recetamos a sus hijos van a ser “para siempre”. La respuesta a su pregunta no siempre será la misma.

Está claro que el defecto refractivo que se corrige con las gafas puede ser sustituido por lentes de contacto o por cirugía refractiva, dependiendo de la edad, pero en realidad la pregunta es “¿el defecto óptico que tiene mi hijo desaparecerá con el tiempo? o ¿será necesario que lleve siempre las gafas?”

Existen diferentes variables a considerar antes de dar una respuesta, como son:

  • el tipo de defecto refractivo que tiene, si es: miopía, hipermetropía o astigmatismo
  • La cantidad de dioptrías que tiene de cada cosa
  • La edad del niño
  • La diferencia entre ambos ojos
  • Si el defecto óptico influye en otros problemas oculares como el estrabismo o el nistagmus o síntomas como cefaleas , ojos rojos o cansancio visual.

A continuación, vamos a comentar cada una de ellas.

Tipo de defecto refractivo:

La miopía se produce en la mayoría de los casos porque la distancia entre la córnea (parte anterior del ojo) y la retina (parte posterior del ojo), donde se tiene que enfocar la imagen es mayor de lo normal, por lo que la imagen se enfoca por delante y a nivel de la retina queda desenfocada. Esto quiere decir un ojo más largo o más grande de lo normal. Con el crecimiento del niño el ojo también crece por lo que la miopía aumenta. El mayor crecimiento es entre los 7 y 14 años. Por tanto, un defecto de miopía en un niño de 6 años no se va a corregir y hay que calcular que probablemente aumente.

La hipermetropía es lo contrario. Se produce porque la distancia entre la córnea y la retina es más pequeña y la imagen queda enfocada por detrás de la retina. Con el crecimiento del ojo al crecer el niño, la hipermetropía tiene tendencia a disminuir. Además, el niño puede hacer esfuerzo de enfoque para compensar esa hipermetropía por si mismo y conseguir enfocar la imagen.

El astigmatismo se produce cuando sobretodo la córnea no es regularmente esférica y los rayos de luz enfocan a diferente distancia de la retina según los diferentes ejes. El astigmatismo en los primeros años de vida puede tener tendencia a corregirse, pero a partir de los 5-6 años las modificaciones suelen ser pequeñas, inferiores a 1 dioptría.

Cantidad de dioptrías:

Es importante de cara a saber si a medio o largo plazo el niño podrá ir sin gafas. Por ejemplo si tiene mucha hipermetropía no se va a corregir lo suficiente para ir sin gafas, pero si tiene poca entre 1 y 2 puede corregirse o el niño puede hacer esfuerzo de enfoque con lo que verá bien y si ese esfuerzo no le da síntomas podrá ir sin gafas. Astigmatismos pequeños inferiores a 1 dioptría podrán ir también sin gafas o utilizarlas sólo cuando se requiera la máxima calidad visual de forma continuada, por ejemplo para leer. Sin embargo, miopías de 1 o más dioptrías no van a poder ir sin gafas sin deterioro de la calidad visual.

Edad del niño:

Es fundamental ya que, como se ha comentado al inicio, la evolución hacia la progresión de la miopía y hacia la disminución de la hipermetropía con el crecimiento del niño. Por ejemplo, una hipermetropía de 3 dioptrías en un niño de 4 años puede tener posibilidades de que más adelante pueda ir sin gafas, pero esa misma hipermetropía a los 15 años tiene muy pocas posibilidades de resolverse.

Diferencia de cantidad de dioptrías entre ambos ojos:

Es un factor muy importante a la hora de decidir si se podrá quitar o no las gafas. Si un ojo tiene muy poco defecto y el otro mucho, el niño sin gafas ve bien gracias a que utiliza el ojo con menor defecto y por tanto tiene tendencia a quitársela y los padres se lo permiten ya que no notan que el niño vea mal. Sin embargo, el ojo con mayor defecto, si no lleva las gafas ve mal y el cerebro anula la imagen de ese ojo, con lo que no se desarrolla y se queda lo que se llama un ojo “gandul” o amblíope, lo que significa que más adelante aunque se pusiera las gafas ya no vería bien porque se habría quedado con mala visión por falta de desarrollo para siempre. Por eso, cuando hay un defecto óptico diferente entre ambos ojos es muy importante que el niño lleve las gafas siempre durante su desarrollo visual hasta los 14-16 años.

Hipermetropía que produce un estrabismo. Cuando lleva las gafas se corrige el estrabismo

Hipermetropía que produce un estrabismo. Cuando lleva las gafas se corrige el estrabismo

Defecto óptico influye en otros problemas oculares:

Finalmente, los defectos ópticos pueden desencadenar o influir en otros problemas. Ya he comentado al inicio que la hipermetropía puede ser compensada por el niño haciendo esfuerzo de enfoque (lo que se denomina acomodación). Este esfuerzo puede producir  dolor de cabeza, irritación ocular o cansancio visual, por lo que la única manera de hacer desaparecer esos síntomas es llevando las gafas. Per, más importante, es el hecho de que ese esfuerzo de enfoque puede provocar un estrabismo que si se corrige desde un principio con las gafas se puede curar, pero que si no lleva las gafas, puede llegar a necesitar una o más cirugías.

Por todo ello, hay que desdramatizar el hecho de que se le pongan gafas a un niño y pensar que es por su bien, para que se desarrolle social e intelectualmente mejor, y que si ese defecto a la larga no le desaparece, y si las gafas le molestan para hacer deporte u otras actividades o profesiones, podrá utilizar lentes de contacto o corregirse mediante cirugía refractiva.

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